GABRIEL DE LA CONCEPCIÓN VALDÉS
( Cuba )
Diego Gabriel de la Concepción Valdés (La Habana, 18 de marzo de 1809 – ibídem, 28 de junio de 1844), más conocido por su seudónimo Plácido, fue un poeta e independentista afrocubano.
Hijo de Concepción Vázquez, bailarina española procedente de la ciudad de Burgos (España) y de Diego Ferrer Matoso, barbero afrocubano (de raza negra).
El apellido "Valdés" le fue puesto en honor al Obispo Valdés, fundador de la Casa Cuna en la que su madre lo abandonó a los pocos días de haber nacido. Creció pobre y prejuiciado por ser mulato, en tiempos de esclavitud en la isla. Su niñez transcurrió en La Habana.
Estudios
Su educación no se caracterizó por tener continuidad y estabilidad, a pesar de asistir a varios colegios a lo largo de su niñez. Años más tarde estudió en el taller de Vicente Escobar, donde aprendió dibujo y caligrafía. Luego, en 1823, comenzó como aprendiz de tipógrafo en la imprenta de José Severino Boloñá, donde sus dotes de poeta y la inspiración comenzaron a surgir, mas tuvo que abandonar este trabajo para hacer peinetas de carey, en 1826 en la ciudad de Matanzas, donde ganaba más dinero.
Obra
Como poeta se le conoce como uno de los representantes del Romanticismo más importantes en Cuba. Participó en la tertulia de Ignacio Valdés Machuca "Desval" y colaboró en La Aurora de Matanzas, El Pasatiempo, y El Eco de Villaclara (Villa Clara). Fue amigo del poeta Saturno López Arriaga, quien escribió un ensayo sobre sus obras. Muchos de sus poemas son de carácter popular y destinados para fiestas familiares. Sus obras expresan la cotidianidad de la isla en aquellos momentos. Sus poesías no llegaron a tener la profundidad, calidad y cultura de maestros como José María Heredia, quien le reconoció como un grande de la poesía criolla, mas destacó por la inspiración y la naturalidad de sus versos. "Plácido", seudónimo con el que firmaba sus obras, fue el poeta de mayor aceptación y divulgación en Cuba, además de ser considerado uno de los iniciadores del criollismo y el siboneyismo en el movimiento lírico cubano. Entre sus obras más reconocidas se encuentran La flor de caña, A Gesler, La flor de la piña, Jicotencal, La flor del café, A una ingrata, Al Yumurí y el poema en que se despide de la vida antes de ser fusilado.
Muerte
Gabriel Valdés sufrió persecución en la década del 1840, y estuvo preso en al menos una ocasión. Acusado de ser integrante de la falsa Conspiración de la Escalera, fue fusilado el 28 de junio de 1844, a los 35 años, en Matanzas.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
CUBA POÉTICA. COLLECCION ESCOGIDA DE LAS COMPOSICIONES EN VERSOS DE LOS POETAS CUBANOS DESDE ZEQUEIRA HASTA NUESTROS DIAS. Directores: José Fornaris — Joaquin Lorenzo Luaces. Editor: José Socorro de León. Habana 1858. Edición facsimilar. México: Frente de Afirmación Hispánica, 2018. 255 p. Editor: Daniel Gutiérrez Pedreiro. 21 x 27 cm
Ex. bibll. Antonio Miranda
LA FLOR DE LA CAÑA
Yo ví una veguera
Trigueña tostada,
Que el sol envidioso
De sus lindas gracias,
O quizá bajando
De su esfera sacra
Prendado de ella,
Le quemó la cara
Y es tierna y modesta.
Como cuando saca
Sus primeros tilos
—La flor de la caña.
La ocasión primera
Que la vide estaba
De blanco vestida
Con cintas rosadas;
Llevaba una gorra
De brillante paja,
Que tegió ella misma
Con sus manos castas,
Y su hermosa pluma
tendia, canarai,
Que el viento mecía
Como flor de caña.
Su asento é divino,
Seus lábios de grana,
Su cuerpo gracioso,
Ligera su planta: rubras hebras
Que á la merced vagan
Del céfiro, brillan
De perlas ornadas,
Como con las gotas
Que destila el alba,
Candorosa ríe
La flor de la caña
El Domingo antes
De Semana Santa,
Al salir de misa
Le entregué una carta,
Y en ella unos versos,
Donde le juraba
Miéntras existiera
Sin doblez amarla.
Temblando tomóla
De pudor velada
Como con la nieve
La flor de la caña.
Habléla en el baile
La noche de Pascua,
Púsose encendinda,
Descogió su manta,
Y sacó del seno
Confusa y turbada,
Una petaquilla
De colores varias.
Diómela al descuido,
Y al examinarla
He visto que es hecha
–Con flores de caña
En ella hay un rizo
Que no lo trocara
Por todos los tronos
Que en mundo haya;
Un tabaco puro
Me Manicaragua
Con una sortija
Que ajusta la capa
Y en lugar de tripa
Le encontró una carta,
Para mi mas bella
—Que la flor de caña.
No hay ficción en ella;
Sino estas palabras:
"Yo te quiero tanto,
Como tú me amas."
En una reliquia
De rasete, blanca,
Al cuello conmigo
La traigo colgada,
Y su tacto quema,
Como el sol que abrasa
En Julio y Agosto
—La flor de la caña.
Ya no me es posible
Dormir sin besarla;
Y mientras que viva
No pienso dejarla.
Veguera preciosa
De la tez tostada
Ten piedad del triste
Que tanto te ama,
Mira que no puedo
Vivir de esperanza.
Sufriendo vaivenes
—Como flor de caña.
Juro que en mi pecho
Con toda eficacia,
Guardaré el secreto
De nuestras dos almas;
No diré á ninguno
Que es tu nombre Idália,
Y si te preguntan
Los que saber ansían
Quien es mi veguera
Diré que te llamas
Por dulce y honesta.
—La flor de la caña.
LA FLOR DE LA PIÑA
La fruta mas bella
Que nace en las Indias,
La mas estimada
De cuantos la miran,
Es la piña dulce
Que el néctar nos brinda
Mas grato y saboroso
Que aquel que en la antigua
Edad saborearon
Deidades Olimpias;
Pero es más preciosa
—La flor de la piña.
Cuando sobre el tallo
Preséntase erguida,
De verde corona
La testa ceñida,
Proclámala reina
La feraz campiña,
Le saluda el alba
De perlas con risa,
Favonio la brisa,
Y el astro del día
Contempla estasiado
Como si tejiéseis
Una canastilla
De juncos al sesgo
Formando una pira;
Y en cada distancia
Que alfójar simila
Un rubí pusierais
Fingiendo conchitas
De aquellas pequeñas
Que el mar de su orilla,
Así se presenta
—Con flores de piña.
Ella es un emblema
De la infancia viva,
Fecunda en su tronco,
Feraz en su guía,
Y como le suelen
Nacer á la niñas
Amantes deseos
Mas bien por la vista,
Así porque quede
La imágen cumplida,
Brota por los ojos
— La flor de la piña.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: ANTONIO MIRANDA
A FLOR DA CANA
Eu vi uma veguera*1
Morena tostada,
Que o sol invejoso
De suas lindas graças,
Ou talvez baixando
De sua esfera sacra
Prendado dela,
Assou o seu rosto
E é delicada e modesta.
Como quando colhe
Seus primeiros tilos
—A flor da cana.
A ocasião primeva
Que a vidente estava
De branco vestida
Com cintas rosadas;
Levava um gorro
De brilhante palha,
Que ela mesma teceu
Com suas manos castas,
E sua formosa pluma
tendia, canarai,
Que o vento balançou
Como flor de cana.
Seu assento é divino,
Seus lábios rubros,
Seu corpo gracioso,
Ligeira a sua planta:
E vermelhas fibras
Que a mercê vagam
De céfiro, brilham
De perolas ornadas,
Como com as gotas
Que destila a alvorada,
Cândida rí
A flor da cana
No Domingo antes
Da Semana Santa,
Ao sair da missa
Entreguei-lhe uma carta,
E nela uns versos,
Onde eu jurava
Enquanto existir
Sem dúvida amá-la.
Tremendo tomo-a
De pudor velada
Como com a neve
A flor da cana.
Disse-lhe no baile
A noite de Páscua,
Ficou acesa,
Desvelou sua manta,
E expôs os seios
Confusa e perturbada,
Um armário
De colores varias.
Deu-me-á ao descuido,
E o examiná-la
Percebi que está feira
–Com flores de cana
Nela está uma ondulação
Que e não trocaria
Por todos os tronos
Que no mundo exista;
Um tabaco puro
Me Manicaragua
Com uma aliança
Que ajusta a capa
E em lugar de tripa
E encontrou uma carta,
Para mim mais bela
—Que a flor de cana.
No tem ficção nela;
Senão estas palavras:
Eu te quero tanto,
Como tu me amas."
Numa relíquia
De cetim, branca,
Ao pescoço comigo
Levo-a pendurada,
E seu tato queima,
Como o sol que abrasa
Em Julho e Agosto
—A flor da cana.
Já não mis consigo
Dormir sem beijá-la;
E enquanto eu viver
Não penso deixá-la.
Veguera preciosa
De tez tostada
Tem piedade do triste
Que tanto te ama,
Veja que não posso
Viver de esperança.
Sofrendo idas e vindas
—Como flor de cana.
Juro que em me peito
Com toda eficácia,
Guardarei o segredo
De nossas duas almas;
Não diré a ninguém
Que o teu nome é Idália,
E se te preguntarem
Os que saber ansiam
Quem é minha veguera
Direi que te chamas
Por doce e honesta.
—A flor de cana.
*1 Nascida no vale de um rio. Da margem do rio..
A FLOR DO ABACAXI
A fruta mais bela
Que nasce as Índias,
A mais estimada
De quantos a miram,
É o abacaxi doce
Que o néctar nos brinda
Mais grato e saboroso
Que aquele que na antiga
Idade saborearam
Deidades Olímpicas;
Mas sé mais preciosa
—A flor do abacaxi.
Quando sobre o caule
Apresenta-se erguida,
De verde coroa
A testa apertada,
Proclama-a como rainha
A feraz campina,
E saúda a alvorada
De pérolas com riso,
Favor da brisa,
E o astro do dia
Contempla extasiado
—A flor do abacaxi.
Como se tecesteis
Um enxoval
De juncos ao viés
Formando uma pira;
E em cada distância
Que com alfójar se assemelha
Um rubi ostentásseis
Fingindo conchinhas
Daquelas pequenas
Que o mar de sua margem,
Assim se apresenta
—Com flores de abacaxi.
Ela é um emblema
Da infância viva,
Fecunda em seu tronco,
Feraz em seu guia,
E como de costume
Nascer de meninas
Amantes desejos
Melhor pela vista,
Assim porque fique
A imagem cumprida,
Brota pelos olhos
— A flor do abacaxi.
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Página publicada em outubro de 2022
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